La última nevada generó esperanzas de poder esquiar en Semana Santa
La nieve caída ayer volvió a cubrir las cumbres del oriente provincial. La estación de montaña Oca Nova Manzaneda, cubierta por la nevada, volvió a ofrecer la imagen que buscan todos esquiadores. Sin embargo, deberán esperar unos días para confirmar que las condiciones meteorológicas permitirán abrir las pistas durante Semana Santa.
Una nueva nevada permitiría mantener abierta al esquí la estación de montaña gallega. Lo explicó ayer su director general: Gustavo Samartín Vázquez. «Queremos que nieve para que se pueda esquiar», dijo. En un principio, la dirección trabaja en la elaboración una oferta capaz de captar visitantes sin necesidad de nieve: «Tratamos de incentivar para que la gente se acerque aunque no haya nieve», añadió el directivo de Oca Nova Manzaneda. El «spa», el parque multiaventura o las rutas de senderismo son algunos de los alicientes que maneja el complejo invernal.
La estación de montaña logró mantener en condiciones aptas para el esquí casi un kilómetro de pista. Son los últimos coletazos de una campaña invernal que llevó a unas 50.000 personas por el complejo invernal de Manzaneda, según las estimaciones que maneja la dirección. Comenzó el 16 de enero, día en que la nieve hizo acto de presencia. Desde entonces, Oca Nova Manzaneda disfrutó de 46 días de nieve, manteniendo las pistas abiertas durante 44 jornadas. Gustavo Samartín cuantificó en 30.000 los forfaits vendidos durante este periodo.
La posibilidad de ofrecer pistas esquiables en días en los que las demás pistas del a Cordillera Cantábrica permanecieron cerradas a causa de las condiciones meteorológicas ayudó a elevar el número de visitantes. Además, hubo otros factores: «La gente tenía ganas de esquiar y hubo dos fines de semana con sol y nieve», explicó el director. También influyó la campaña promocional desarrollada en los últimos meses, centrada fundamentalmente en los cambios introducidos en las instalaciones.
Los visitantes pudieron comprobar todas estas modificaciones. «El visitante no quedó defraudado», dio Gustavo Samartín. Añadió que las largas colas que se formaron otros años para acceder a los remontes o a los demás servicios de la estación de montaña disminuyeron considerablemente y solo generaron molestias en los días de afluencia fue masiva, cuando el número de visitantes se aproximó a las 10.000 personas.